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miércoles, 15 de septiembre de 2021

En los campos de Flandes



  "AMAPOLA" 
OBRA DEL ARTISTA GABRIEL PASCHETTA
2021, CÓRDOBA, ARGENTINA.






EN LOS CAMPOS DE FLANDES

POEMA DE JOHN McCRAE, 1915.




En los campos de Flandes, las amapolas florecen.

Fila tras fila, entre las cruces

Que señalan nuestras tumbas; y en el firmamento

Aún cantando aguerridas, las alondras alzan vuelo

Apenas audibles por el tiroteo del campo allá abajo.


Somos los muertos. 

Hace apenas unos días,vivíamos, celebrábamos la aurora, 

contemplábamos el arrebol del ocaso,

Amábamos y éramos amados, y ahora yacemos

En los campos de Flandes.

 Contra el enemigo continúen peleando:

Con manos abatidas, a Ustedes les pasamos

Esta antorcha: que sea de Ustedes para mantenerla en alto.

Si Ustedes nos deshonran a quienes perecimos,

Jamás encontraremos descanso, aunque las amapolas florezcan

En los campos de Flandes.





PARA QUE NO OLVIDEMOS...

viernes, 3 de septiembre de 2021

Negligencia




"Yo creo que la vida de pronto nos parecería maravillosa 

si sintiésemos la amenaza de que vamos a morir mañana, 

           como algunos dicen que sucederá. 

Piense en cuántos proyectos, viajes, romances, estudios, ella 

                                                        - nuestra vida - 

nos esconde, ocultos 


debido a nuestra propia vagancia que, segura  

                                           de su futuro, los pospone incesantemente.


Pero haga Usted de esta amenaza un imposible 

                                                                       y verá qué bella ella se pone nuevamente 

¡Ay! Si tan solo el cataclismo pasara de largo esta vez, seguro 

no nos perderíamos la oportunidad de visitar las nuevas galerías del Louvre,
 
ni de caer a los pies de aquel amor de nuestros sueños
ni de hacer ese viaje a la India.

El cataclismo no sucede y entonces nosotros no hacemos nada de todo eso porque nos encontramos de nuevo en la zona de confort 

de nuestra vida cotidiana, 

donde 
      la negligencia adormece el deseo

Aun así, no habríamos necesitado del cataclismo para amar 
la vida tal como es hoy



Habría bastado con pensar que somos humanos, 

 y que la muerte puede llegar 

                              esta misma noche."


                                                                                                        Marcel Proust






viernes, 27 de agosto de 2021

Ítaca



"Velas en rojo"
Obra del pintor
Óleo sobre madera,
Abstracto, 2021,
Punta del Este, Uruguay.


(Un poema para tiempos en los que nos está prohibido hacer viajes...)



  ÍTACA

POEMA DE CONSTANTINO CAVAFIS


(Traducción al español rioplatense)



Al partir rumbo a Ítaca


desea que sea largo tu viaje,

lleno de aventura, lleno de hallazgos.

Lestrigones, Cícloples,

furioso Poseidón - no les tengas miedo:


jamás encontrarás cosas como esas en tu camino


siempre que mantengas tu mente en positivo,

siempre que un encendido entusiasmo
sacuda tu alma y tu cuerpo.

Lestrigones, Cíclopes,

salvaje Poseidón -no los vas a encontar

a menos que los traigas dentro tuyo,

a menos que tu alma los despliegue frente a vos.



Deseo que sea largo tu camino.

Que haya muchas mañanas estivales en las que,

con mucho placer, con mucha dicha,

arribes a puertos que ves por vez primera;

ojalá desembarques en factorías fenicias

para adquirir finezas,

 madre perla, corales, ámbar y ébano,

esencias sensuales de todo clase -

tantos perfumes sensuales como puedas;

ojalá visites muchas ciudades egipcias

para aprender y seguir aprendiendo de sus sabios eruditos.



Mantené tu mente siempre puesta en Ítaca.

Llegar allí es tu destino.

Pero no vayas a apurar la marcha.

Mejor sería que tu viaje durara años,

para que seas anciano cuando llegues a la isla,

y rico con todo lo que has ganado en el camino,

sin esperar que Ítaca sea la que te haga rico.



Ítaca te dio el maravilloso viaje.

Sin ella jamás habrías emprendido el camino.

Ya no tiene más nada para darte.



Y si pobre la encuentras,
Ítaca no te habrá defraudado.
Con tanta sabiduría ganada, con tanta experiencia,
habrás por fin comprendido lo que significan todas las Ítacas.


domingo, 22 de agosto de 2021

Sombra




No necesito ya las fotos de antes

para en tu memoria honrarte,

ni el olor de tu piel entre tus prendas.

No necesito tus rosarios ni tus huellas,

ni la tersura de tu mano amada 

en la mía, vencida, acurracada.


Te sé viva y libre en otro espacio,

en un lugar azul sin rosas, sin espinas,

en un tiempo sin reloj ni calendarios,

donde nada te agita ni te angustia,

donde nadie te grita ni te busca,

y donde no hay ventanas sino puertas.


No sé muy bien dónde ni cuándo,

de qué manera o en qué tacón de esquina

yo volveré a encontrarme con tus pasos:

voy a seguirte, Sombra, como en sueños,

nos volveremos a tomar del brazo,

no iremos ya a llorarnos a una misa.


Seremos libres juntas, ya no Sombra...

Y mientras tanto, ya no te rezo yo, 

mientras, corren los ríos y los trenes

mientras, se arruga mi piel, 

y el tiempo, impaciente gusano,

mancha mis manos como lo hizo con las tuyas.


La luz hace que en reflejos me visites:

yo te tengo por siempre en cada ocaso,

en cada uno de mis amaneceres desvelados,

en mi baile de adulta, en mi cocina y en mi canto,

en mis prendas amplias y turquesas, en mi risa

y en la Sombra que antes nos asustaba tanto.


martes, 17 de agosto de 2021

Las tres flores


   


   Venían las tres por la vereda, ya no tomadas del brazo como antes de la pandemia: las tres sesentonas emperifolladas para ir a la primera misa que se realizó en la parroquia de acá a la vuelta cuando por fin el protocolo aflojó. Las malas lenguas del barrio las llamaban "las tres flores de la costa". Yo me concedí el permiso de bajarme el barbijo para olerlas. Hurgué en mi memoria olfativa y recordé que, antes de perder el olfato por tener que vivir con un barbijo puesto todo el tiempo, al cruzarlas una vez, había olido aquella fragancia que solía identificar a mi mamá emanando de la solapa del saco de una de ellas, la más agraciada de las tres: Gloria. Yo venía caminando detrás de ellas y me les adelanté. Y al saludarlas, me acarició la nariz ese perfume que ahora busco en la ropa de mi vieja en los momentos en los que la lloro todavía, aunque ya se estén desvaneciendo con el correr del tiempo - el llanto y el perfume. Dije en voz alta el nombre comercial de la fragancia, y Gloria se iluminó, y sus ojos se abrieron como los pétalos de una flor que explota una mañana de primavera. Las otras dos me miraron mal porque había cometido el pecado mortal de bajarme el barbijo para hablar justo cuando estaban camino a la misa del domingo. En cambio, Gloria se encendió y me contó brevemente la historia de ese perfume. Se lo había traído Jorge del free shop de Ezeiza especialmente escogido para el aniversario de bodas número 40, que no llegaron a celebrar juntos porque a Jorge se lo llevó el COVID en cuatro días por una neumonía que lo terminó de fulminar en coma inducido ya, y me explicó que lo que no podía perdonar ni digerir era el hecho de que no le permitieron verlo muerto, ni siquiera estar presente en la ceremonia de cremación para poder despedirlo con ese perfume puesto. De los pétalos abiertos de sus ojos brotaron dos lagrimones que eran como el rocío del amanecer. Y entre los lagrimones y los mocos que se adivinaban detrás de su barbijo negro, me regaló una flor que deseo huela a presagio, abrazándome con la mirada:

-Yo te auguro un gran futuro.