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viernes, 30 de septiembre de 2022

Sin vuelo en verso


Celebrar raíces 

no solo el fruto

color tersura

de flor colmada


Alivianar esta ingravidez

desde el silencio

la voz vacía

del nuevo día


Acariciar lo endeble

del tronco seco

de agua de lluvia

del cielo lágrima


 Fluyendo leve 

en el misterio

herida abierta

corteza áspera


Iluminando noche

oscuro cielo 

que no me ampara

 cada mañana


Sombras y luces 

de mi universo

hacerlas una

 sin añoranza


Cordura ausente

de mi desvío 

que urgente clama

por ser sanada


Lograr tejerme

en el presente de aquel pasado

que es lo que queda

que hoy es la trama


  sin la demanda

                                                     sin la exigencia

                                                                              sin vuelo en verso

                                                                         que me detiene.



viernes, 23 de septiembre de 2022

Mientras él vivió





Mike & The Mechanics - "The Living Years"

"Mientras él vivió"
(Traducción artística del inglés al español rioplatense)

Mi generación

Culpa a la anterior

Tantas frustraciones

Golpean al corazón


Soy un prisionero

De lo que él siempre anheló

Me encuentro secuestrado

Por sus miedos, su ilusión

Ojalá lo hubiese dicho

Mientras él vivió


Papeles arrugados

Llenos de imperfección

Conversación forzada

Es lo que nos quedó

Él insiste en no notarlo

Se empeña en su razón

No logramos un acuerdo

Aunque el tiempo es hoy

Hablamos dos idiomas

Defendiéndonos...


Fuerte y claro 

Con tu voz

Es preciso escuchar mas que oír

Tarde es al morir

Admitir que no se puede acordar


Así empieza la disputa

Entre el ayer y el hoy

Sacrificamos al futuro

La amargura a perdurar

No te rindas al destino

que es el sino al parecer

Hay otra perspectiva

en otro tiempo, otro lugar

Si no soltás, si no cedés

Tal vez eso esté bien


Fuerte y claro 

Con tu voz

Es preciso escuchar mas que oír

Tarde es al morir

Admitir que no se puede acordar


No estuve en la mañana

En la que falleció

No llegué a decirle

Lo que le quería hacer saber

Pero toqué su alma

Un tiempo después

Y escuché su eco

En el fruto de mi ser

Desearía haberle hablado

Mientras él vivió


Fuerte y claro 

Con tu voz

Es preciso escuchar mas que oír

Tarde es al morir

Admitir que no se puede acordar


Fuerte y claro 

Con tu voz

Fuerte y claro

Con tu voz

Es preciso escuchar mas que oír

No te rindas, no te rindas

viernes, 16 de septiembre de 2022

Mirar hacia adentro



   Cuando Carlos les dijo a sus padres, inmigrantes gallegos, que necesitaba algo de dinero para comprarse una cámara fotográfica Nikon, por entonces, de las de última generación, la respuesta vehemente que recibió al instante de boca de su madre, sin que pensara un minuto en lo que él deseaba como destino para su propia vida fue:

- ¿Pues para qué quieres tú eso? La fotografía no te ha de llevar a nada.... Mejor  ponte a estudiar en la universidad pública, como tus hermanos mayores lo han hecho. Podrías usar los libros que tu padre les ha comprado con tanto sacrificio , y seguir sus pasos. 

  Corrían los tiempos de "M'hijoeldotor" que alimentaba el orgullo de quien había llegado a la Argentina con una mano atrás y otra adelante, habiéndolo perdido todo en el terruño de la morriña eterna.




  Uno de los frutos de ese mismo árbol familiar, enraizado ya en la Argentina del retorno a la democracia, un día, a sus diecisiete años, fue consultada por su futura ocupación. Al contestar, vacilante, que se inclinaba por el arte, recibió, como una bofetada, mas o menos la misma respuesta que había recibido su tío de boca de su madre, pero de boca de quien sí se había convertido en "M'hijoeldotor", para orgullo de sus padres y para alimentar su enorme ego.

- ¿Para qué querés dedicarte a eso? Te vas a morir de hambre. Los artistas son todos "raros". Solo consiguen triunfar los acomodados o los que tienen contactos o influencia, los que se regalan para llegar a ser alguien, ¿Por qué mejor no hacés una carrera universitaria como la que hice yo, y te asegurás un trabajo digno y una forma de ganarte la vida? 

  Carlos encontró un empleo, y para, el disgusto de toda su familia, se compró el equipo fotográfico que tanto deseaba con sus primeros sueldos. Años mas tarde, adquirió su propio departamento, lejos de la casa de alquiler de su madre, ya viuda, se casó con una mujer que también fue desaprobada por su madre, formó su propia familia, y rompió con el mandato familiar utilitario del "para qué", no sin pagar el alto precio de convertirse en la oveja negra de la familia. 

   Sin embargo, con su arte, logró captar aquello que pocos veían en aquel árbol. De manera cristalina, su ojo, tras el lente de su cámara, dejó un valioso registro de miradas y gestos que hablan por todo aquello que nunca se animó a decir, aunque siempre pudo ver con su mirada artística más allá de lo que otros, que se consideran "normales", pueden ver. 

  Y el fruto de la rama de ese árbol que alguna vez también había soñado con ser artista, acató el mismo mandato familiar. El fotógrafo sabía que ella correría con su mismo destino. Vio en ella una imagen en espejo a través del ojo de quien sabe mirar y no solamente ve. Fue, quizás, el único capaz de captar la chispa del arte en esa mirada y esos gestos que no se cansaba de registrar en fotos. 



  La pregunta nunca debería ser para qué, y la respuesta ineludible viene de lo mas profundo del ser, el que no se ve, el que que nace para mirar hacia adentro.



"Hay cosas que se encienden

Y otras que se apagan..."



         
                    Niña Pastori con Miguel Poveda - "Ya No Quiero Ser" 

sábado, 10 de septiembre de 2022

El perfume de Dios


"Amas lo justo y odias lo que es malo;
por eso, Dios, tu Dios, te dio a ti solo
una unción con perfumes de alegría
como no se la dio a tus compañeros.
Mirra y áloe impregnan tus vestidos,
el son del arpa alegra tu casa de marfil." 

Salmos 45: 8 -10, La Biblia Latinoamericana.



   Caminando por la calle Tacuarí, en pleno centro porteño y en medio de un calor arrebatador, me encontré con un pituco local de esencias, fragancias, aceites y difusores aromáticos para ambientes, y una fila de personas en la puerta de acceso al negocio, todas con una bolsa entre las manos con la letra "E" impresa sobre ella. Como no es nada difícil tirarle de la lengua a un porteño, sobre todo cuando está practicando su deporte favorito, que, sin lugar a dudas, es hacer cola, me acerqué a una señora de cabellos blancos y le pregunté qué regalaban en el negocio.

-Regalar no regalan nada. Cobran bien caro... Esperamos para que nos cambien estos difusores. Cuando los compramos, nos hicieron oler la fragancia de un tester, y el perfume era riquísimo y bien persistente. Pero al llevarlo a casa, a todos nos pasó lo mismo: las varillas no huelen a nada...  ¡Una estafa!

- ¿Y cuál es la fragancia? - pregunté, curiosa.

- Alegría. - me soltó, muy apenada.


   Camino a la parada de colectivo, se me ocurrió pensar que toda esa gente haciendo cola o bien está desesperadamente deprimida o nunca debe haber pasado por una depresión en su vida. Recordé también alguna vez haber leído en un libro muy, muy amarillo, arrugado y perfumado, sobre fragancias y trucos para hacerlas perdurar, que el aroma de la alegría - de enérgicas notas cítricas, avainilladas y florales - se evapora ante el menor intento de comprarlo o de venderlo, ya que es la única fragancia del universo que no tiene precio. Las narices del mundo perfumero dicen que se asemeja al aroma que se desprende de entre los pliegues de la piel de un recién nacido. Algunos lo llaman "el perfume de Dios". Quienes alguna vez lo hemos perdido para volver a encontrarlo en las cosas cotidianas sabemos bien cómo huele y sabemos, además, que no se compra en frasquito.



 

Apropiación del cuerpo

           




El psi me da una consulta virtual una vez por semana.

Emplea un eufemismo, un diagnóstico impreciso,

que expide en receta por duplicado y por whatsapp

 con letra ilegible de médico: típico.

Siempre la encabeza:

"Receta de emergencia COVID-19

válida por 7 días".


"Trastorno de estado de ánimo", 

así él lo diagnostica, apelando al Manual DSM-5,

al pie de la lista de fármacos

que cuestan una fortuna...

Pero ambos sabemos bien

que de depresión hablamos,

acá, en Argentina, y hasta en la China...


De densos duelos yo vengo,

de ausencias, pérdidas,

menopausia y del puto barbijo grueso: gruesa como quedé yo.

Estuve tirada 

en el living, sobre el sillón,

con ganas de hacer casi nada

por meses y por semanas con el frío del calor.



El otro día el psi me dijo,

lo más tranquilo, en llamada entrecortada,

que, para salir de este estado maldito,

tengo que "apropiarme de mi cuerpo"...

¿De qué apropiamiento me habla?

Difícilmente esto que soy yo hoy podría lograrlo pronto...

Y encima después me pregunta: - ¿Estás apurada?




¿De cuál de todos mis cuerpos me estará hablando este tipo?

¿Del que fue, del que es o del que se avecina?

La verdad, hasta él mismo lo admite,

es más fácil para cualquier tipo no hacerse mucho problema

por pelos, canas, calvicie, panza, marcas del tiempo en el cuerpo y la cara...

Gorra con onda, anteojos de sol, barba freudiana, prolijita y arreglada, y listo. 

Todo eso está bien visto: fijate vos que a las minas nos resultan atractivos.



Yo añoro a aquella que fui hace un tiempo, no tanto,

sólo unos años, esos que pasan volando

- como aun escucho decir a las viejas de la familia...

Añoro a mi prístino rostro, mi largo cabello rubio, mis ojos y su mirada, 

mi baile con piernas firmes, mis senos erguidos, asibles,

mis brazos torneados de ir tanto a aquel gimnasio

que ahora, en la postpandemia, quedó cerrado.




                                    Añoro a aquella mujer que robaba las miradas,

a esa que, en cualquier esquina, ganaba piropos y bocinazos

miradas, piropos, bocinas que, ahora, liga mi hija, a quien adoro,

cuando a mi lado camina, muy de vez en cuando, claro,

por tener su rutina de estudios, novio, gimnasio y eternas salidas.

Mientras que yo aquí, enojada, sola y de madrugada, escribo

en el nido vacío, entre las prendas que ella dejó sembradas por toda la casa.





Hay que ser una mujer bien plantada 

en las raíces de la vida

- raíces que, a veces, parece, se van secando con el paso de los años -

para no desapropiarse de una misma,

con tanto cambio, tanto dolor, tanto vacío en el nido

para aprender a caminar de nuevo por esas calles de siempre 

sin desear andar cubierta por una capa de niebla.




Las mujeres de estos tiempos nos empeñamos en obedecer 

 los mandatos de la era del cuerpo perfecto y el "forever young".

A mí lo que mas me apena 

es que mis hijos me vean tan diferente a quien su madre era,

a esa madre que se sentía tan fuerte, tan plena,

esa mujer escindida entre ser mujer y madre, a quien la hacía bonita

el perfume que emanaba del sudor de aquel ahínco en la rutina del día a día.



- ¡Así es la vida, Señora mía!


Y antes de terminar la llamada,

al final de una consulta de unos 40 minutos, 

la ansiosa paciente pregunta, inocente y genuinamente:

- ¿Y cuánto demoran en hacer efecto todos estos remedios?

¿No se receta algún fármaco para la apropiación del cuerpo, Doctor?

Algo para derrotar a esta sensación corpórea de alma quebrada,

aunque resulte invisible, aunque pocos la comprendan y casi nadie la perciba.